Sana de piedras en la vesicula

El 13 de febrero del 2007 me llama mi hija Alejandra Carrillo de Monterrey, Nuevo León, diciéndome que se siente muy mal y que tiene un dolor muy fuerte en la parte abdominal, en ese momento le contesto que voy a Monterrey para llevarla a un hospital, pero como el dolor era muy intenso su marido la llevó inmediatamente a un hospital y le aplicaron un medicamento en la vena para quitarle el dolor después le toman un ultrasonido y le encuentran múltiples piedras o cálculos en la vesícula y le dicen que requiere de una cirugía. Cuando llego a Monterrey me platica en su casa lo que le había pasado y después de escucharla le pregunto que si cree en Dios y me contesta que sí, yo le digo que voy hablar con una practicista de la Ciencia Cristiana para pedirle a ella y a su hermano que me ayuden haciendo oración para sanar a mi hija y que a partir de ese momento yo iba a hacer oración por ella.
Al día siguiente le escribo un correo electrónico a una practicista de la Ciencia Cristiana explicándole lo que sucedía y pidiéndole de favor su apoyo para esta situación,, me contesta la practicista diciéndome en este momento estoy saliendo para Reynosa y ya hablé con mi hermano para que empiece a hacer oración por tú hija Alejandra y me anexa un texto donde me dice: híncate da gracias a Dios tú hija no tiene nada y nunca ha tenido nada, dá gracias a Dios y pídele con todo tu corazón.
Después de leer el texto lo imprimo y me voy a mi casa estando solo, me hinco en la sala y me pongo hacer oración y al final le ofrezco a Dios que me utilice como su instrumento para ayudar a las personas que él me diga. Al terminar la oración me quedo recostado en un sofá y aproximadamente como dos horas después, despierto sintiéndome muy bien contento, feliz y me salgo a caminar con mi perro.
Posteriormente me sigo comunicando con mi hija y me dice que se siente muy bien que no le duele nada y que no ha vuelto a sentir ninguna molestia, en la siguiente consulta con su médico le ordena nuevamente un ultrasonido y aparece que no tiene absolutamente nada y hasta la fecha se sigue sintiendo bien y yo sigo haciendo oración.
Doy gracias a Dios y a la Ciencia Cristiana por esta curación.


- Sr. Carrillo
Tam. Mexico