Deja de fumar por medio de la oracion
Estaba estudiando el libro de texto de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, escrito por la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, pero fumando, yo fume casi mas de 20 años –ya no recuerdo bien cuanto tiempo fue- la Sra. Eddy nos dice en Esc. Mis. que “Dios nos da sus ideas para que ellas a su vez nos den nuestra provisión diaria” y esta provisión es de inteligencia, sabiduría, corrección; también nos dice en su libro de Ciencia y Salud, pág. 582:27 Niños. Pensamientos y representantes espirituales de la Vida, la Verdad y el Amor. Esos niños son ideas, las ideas del Amor.
Pero yo no me daba cuenta de que el cigarro me estaba dañando mucho, a mi y a todos los que me rodeaban, ya que al fumar yo... ellos también fumaban mi ambiente, oloroso a cigarro, además de que la comida ya no tenia el mismo sabor.
Así que un día al llegar de trabajar, mi hijo se encontraba en la casa tendría como unos 7 años y al acercarme para darle un beso, el enojado y juntando sus cinco deditos me dice: “Apestas.. hueles muy feo”. Yo me le dije chamaco malcriado, y seguí fumando. Al llegar la noche el se acostaba conmigo –yo ya había olvidado lo ocurrido- así que lo abrace y lo quise besar y, mas molesto y casi enojado me dijo otra vez: ya te dije que apestas.
¡Claro que me sentí muy mal! Me puse a pensar, o tu hijo, o el cigarro. Al otro día después de hacer la lección de la semana, le pedí a Dios que me diera fortaleza para poder hacer Su voluntad, me pregunte, el fumar es una necesidad oh una costumbre; así que me dije – bueno cuando supuestamente siento la necesidad de fumar es cuando acabo de comer – asi que puse en cigarro en la mesa para cuando dejara de comer, ponerlo en la boca pero sin prenderlo, y me dije, todo es por costumbre, y no lo voy a fumar.
Me dije toda la semana, mi única y total dependencia es Dios, el bien infinito, mi seguridad es Dios, el Amor divino me corrige, y seguía leyendo la lección y el libro de Ciencia y Salud. Al pasar una semana me di cuenta que ya no agarraba el cigarro, ni siquiera me lo ponía en la boca. Le di muchas gracias a Dios, por estar conmigo, porque se que Él es mi luz y mi fortaleza, mi única y total dependencia es conocer a Dios, es servir a Dios.
Pero tenía que pasar una prueba de fuego, y fue cuando asistí a una asamblea del sindicato donde trabajaba, pues ahí el cigarro circulaba y circulaba, y todos fumaban y fumaban; y me dije si Dios esta conmigo, nada me puede tocar, y nada puede ser mejor que estar con Dios, y así fue, el cigarro pasaba por mis manos, pero nunca le hice caso, ni lo olí ni lo fume, lo ignore completamente; y cuando salimos de la asamblea le di gracias a Dios y le dije: Prueba superada. Con esta demostración me dije a mi misma – si pudiste dejar el cigarro, lo puedes dejar todo – por seguir a Dios.
Sé que Dios me da la fuerza y la fortaleza para seguir adelante, y agradezco infinitamente que me haya hecho libre, libre del cigarro, del alcohol, de cualquier creencia de dependencia material y humana.
Ahora disfruto mas la comida, la vida, a mi familia, ahora respiro el ambiente del amor.
Gracias gracias a Dios por todo su amor.
- Sra. Chavez
Mexico
Pero yo no me daba cuenta de que el cigarro me estaba dañando mucho, a mi y a todos los que me rodeaban, ya que al fumar yo... ellos también fumaban mi ambiente, oloroso a cigarro, además de que la comida ya no tenia el mismo sabor.
Así que un día al llegar de trabajar, mi hijo se encontraba en la casa tendría como unos 7 años y al acercarme para darle un beso, el enojado y juntando sus cinco deditos me dice: “Apestas.. hueles muy feo”. Yo me le dije chamaco malcriado, y seguí fumando. Al llegar la noche el se acostaba conmigo –yo ya había olvidado lo ocurrido- así que lo abrace y lo quise besar y, mas molesto y casi enojado me dijo otra vez: ya te dije que apestas.
¡Claro que me sentí muy mal! Me puse a pensar, o tu hijo, o el cigarro. Al otro día después de hacer la lección de la semana, le pedí a Dios que me diera fortaleza para poder hacer Su voluntad, me pregunte, el fumar es una necesidad oh una costumbre; así que me dije – bueno cuando supuestamente siento la necesidad de fumar es cuando acabo de comer – asi que puse en cigarro en la mesa para cuando dejara de comer, ponerlo en la boca pero sin prenderlo, y me dije, todo es por costumbre, y no lo voy a fumar.
Me dije toda la semana, mi única y total dependencia es Dios, el bien infinito, mi seguridad es Dios, el Amor divino me corrige, y seguía leyendo la lección y el libro de Ciencia y Salud. Al pasar una semana me di cuenta que ya no agarraba el cigarro, ni siquiera me lo ponía en la boca. Le di muchas gracias a Dios, por estar conmigo, porque se que Él es mi luz y mi fortaleza, mi única y total dependencia es conocer a Dios, es servir a Dios.
Pero tenía que pasar una prueba de fuego, y fue cuando asistí a una asamblea del sindicato donde trabajaba, pues ahí el cigarro circulaba y circulaba, y todos fumaban y fumaban; y me dije si Dios esta conmigo, nada me puede tocar, y nada puede ser mejor que estar con Dios, y así fue, el cigarro pasaba por mis manos, pero nunca le hice caso, ni lo olí ni lo fume, lo ignore completamente; y cuando salimos de la asamblea le di gracias a Dios y le dije: Prueba superada. Con esta demostración me dije a mi misma – si pudiste dejar el cigarro, lo puedes dejar todo – por seguir a Dios.
Sé que Dios me da la fuerza y la fortaleza para seguir adelante, y agradezco infinitamente que me haya hecho libre, libre del cigarro, del alcohol, de cualquier creencia de dependencia material y humana.
Ahora disfruto mas la comida, la vida, a mi familia, ahora respiro el ambiente del amor.
Gracias gracias a Dios por todo su amor.
- Sra. Chavez
Mexico
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